jueves, 5 de enero de 2012

El desconcierto de lo apolítico

(Ed. Diario Progresista, 5 de enero de 2012)

Posiblemente, esté mal que yo lo diga, pero el tiempo me está dando la razón. La postura apolítica, al final, se paga. Para hacer cosas, primero hay que tener un "Plan de ruta ideológico". Me explico.

Hasta el día de hoy, había un pacto no escrito por el cual el colectivo de personas con diversidad funcional se mantenía dentro de la ortodoxia apolítica y su atención era una cuestión de humanidad. Estábamos en una especie de “limbo político”, por encima del bien y del mal. Se veía muy bien ayudarnos, desgravaba y quedaba muy bien en campaña. Vamos, éramos el “agüita de Lourdes” de la política, nadie se cuestionaba nada.

Esto hacía que todos quisieran hacerse la foto con nosotros. Sinceramente, para que engañarnos, esto en la derecha era incluso más descarado. El maternalismo y la caridad cristiana está en el ADN de la derecha de este país, esto lleva a que la foto con nosotros y nosotras les hagan ganar votos.
¿Cuál es la consecuencia de todo esto?, ¿a que nos lleva ese dejarse querer y estar en la nada política? La respuesta es evidente, a la manipulación política.
Un ejemplo reciente de esta manipulación política es la que ha sufrido el Luís Cayo Pérez Bueno, Presidente del CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad). El amigo Luís, estoy convencido que con toda su buena fe, hizo unas declaraciones sobre la Ley de Dependencia. Pues bien, a la derecha mediática, le faltó tiempo para manipular los titulares, de tal suerte que el lector sacaba la conclusión de que el Presidente del CERMI apoyaba la política de recortes del P.P. Esto provocó una lluvia de críticas a Luís, entre las cuales me incluyo, sinceramente.

Afortunadamente, yo, después de leer atentamente la noticia en EFE, tuve el buen criterio de informarme. Días después, esa misma noticia se publicó en Diario Progresista y la cosa se aclaró.

Para que no pasen esas cosas, dado que todos tenemos ideas políticas, yo propongo que nos quitemos ese matiz apolítico en el colectivo de personas con discapacidad. Desde el punto de vista humanista, lo que hagamos afecta a la vida diaria de muchas personas, desde el punto de vista materialista, nuestro colectivo necesita saber como quiere que se le distribuyan los recursos económicos. Por eso, ya es hora de que nos comportemos como lo que somos, un lobby político, no satanicemos las ideologías dentro de nuestras organizaciones.
Como no me canso de decir siempre que saco este tema, lo que acabo de decir no supone hacer partidismo, sino todo lo contrario. Se trata de tener clara nuestra dirección ideológica, de acuerdo a nuestros intereses, para no dejarnos llevar por los Partidos.

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