lunes, 17 de enero de 2011

Papeleras, estatuas y ayudas sociales


Hace unos días, escuchaba a un buen amigo mío como se quejaba amargamente por la política populista del PNV en Bilbao. Mi amigo argumentaba que, el Ayuntamiento de Bilbao, prefería invertir en papeleras, contentando así a miles de personas, recortando por otro lado las ayudas sociales a personas que realmente lo necesitan. No le faltaba razón a mi querido amigo, pero inmediatamente me vinieron varias cuestiones a la cabeza. Me explico.

La primera cuestión que me viene a la cabeza es: Vale, poner papeleras para quitar ayudas sociales es populismo de la peor especie, pero entonces, ¿cuanto mayor es el despropósito si lo que se pone son estatuas? Las papeleras, al menos, hacen un servicio, pero... ¿que servicio da una estatua? Si queremos potenciar el buen arte de verdad, ¿no es mejor hacer buenos museos cuando sea posible económicamente?

La segunda pregunta que me hago es: Según las noticias que me llegan de Bilbao, de otro amigo y colaborador, la ciudadanía de Bilbao está organizada contra estos recortes sociales. ¿Qué hacen las ONG's de Burgos? Por lo que veo, cuando intentan decir algo, (como en el caso de Autismo Burgos), los medios locales lo sacan en un breve, interior y en la página izquierda, (la que la vista no ve instintivamente).

Creo que la función de un buen político o una buena política, es actuar con la diligencia de un buen padre o una buena madre de familia y ayudar a quien más lo necesita, aunque resulte menos vistoso. Esto no es un concurso de popularidad, sino algo mucho más serio.

Víctor Villar Epifanio

miércoles, 12 de enero de 2011

Sarah Palin, Iñaki de Juana Chaos y las “dianas”


Dicen en mi pueblo que los extremos se tocan, lo que acabo de descubrir es que esto se puede aplicar de manera internacional. Me explico.

Hace unos años, el miembro de ETA, Iñaki de Juana Chaos, fue acusado de “apuntar” intelectualmente, en Gara, a una serie de victimas del terrorismo. Por esto, Chaos, fue condenado a 12 años de prisión, o al menos se le pedía.

Hace unos días, la ultraconservadora Sarah Palin, en su sitio de Internet y como parte de la campaña de las elecciones del pasado mes de noviembre, colocaba directamente una diana con la cara de diferentes candidatos y candidatas demócratas. Entre dichas personas, se encontraba la Congresista demócrata Gabrielle Giffords, tiroteada hace unos días por un miembro de la ultraderecha norteamericana, el conocido como Tea Party, del que Palin es una de sus caras más conocidas.

Pues bien, dejando de lado lo desmesurado, a mi parecer, de la reacción en el primer caso, concentrémonos en la doble vara de medir que se usa ante un mismo acto dependiendo que lado lo haga. En este caso es evidente, mismo acto, misma conexión entre quién planea y quien ejecuta, mismo juicio, misma condena.

Pero, en mi opinión, el asunto no se queda ahí. Pasemos a analizar los crímenes contra la humanidad y las bandas armadas que los cometieron.

Lo primero que vemos a nivel internacional, es que, mientras ahorcan a un criminal de guerra televisadamente; otros dirigen empresas millonarias en su jubilación y un tercero hace que se esconde bajo la mirada cómplice de los amigos de la familia.

Si observamos dentro de nuestras fronteras, vemos lo siguiente. Una banda terrorista es perseguida, sus ideas criminalizadas y sus los partidos con esas ideas ilegalizados; mientras tanto, otra banda terrorista paramilitar, cómplice de un golpe de estado, una dictadura y centenares de miles de asesinatos y crímenes contra la humanidad, se manifiesta por las calles invluso junto a políticos democráticos, meten a juicio a jueces que van contra ellos y se presentan a las elecciones libremente.

Visto lo visto, yo digo: “O jugamos todos y todas, o rompemos la baraja”. ¿Qué credibilidad tiene un sistema que es diferente según la persona o personas que cometan el delito?, ¿qué criterios debemos seguir?, ¿lo sabéis vosotros y vosotras? Yo no, o quizás…si.


Víctor Villar Epifanio.